Creo, casi con toda seguridad, que los cronistas esotéricos de siglos venideros no tendrán más remedio que relatar en sus escritos cómo el Claustro del Palacio Provincial de la Diputación de Cádiz se convirtió, durante el verano de 1998, en un pequeño trocito de cielo. Narrarán incrédulos cómo una invasión celestial, un ejército de bellos y etéreos seres, se apoderó de este espacio y lo hizo su hogar, su casa, para disfrute de cuantos tuvieron la suerte de contemplar tanta belleza.
Esta colección de ángeles, que andando el tiempo habitará entre las paredes de un museo en la segoviana localidad de Turégano, llega hasta nuestras instalaciones de la mano de su anfitriona. Porque es ella, Lucía Bosé, alma mater y generatriz de este proyecto, quien nos honra a todos invitándonos a pasear por este Claustro de Exposiciones acompañados de su particular corte de ángeles, animándonos a compartir con ella su peculiar y barroco rompimiento de gloria, en el que nos encontraremos con ángeles para todos los gustos.
El sexo de los ángeles ha sido siempre motivo de discusiones bizantinas. En la Colección del Museo de los Ángeles de Lucía Bosé existen seres asexuados y otros que no dejan lugar para la duda sobre cuál es su sexo, pero lo que sé podremos afirmar con toda certeza, y aún con mayor seguridad a partir de esta exposición, es que los ángeles no carecen de partida de nacimiento ni carta de ciudadanía: con motivo de su paso por la Diputación de Cádiz, nueve ángeles más, gaditanos como las manos de los artistas de los que han nacido, se suman a esta colección. Y, una vez vista la calidad de sus trabajos, para honor de todos nosotros.
Dice Lucía Bosé que los ángeles están ahí, a nuestro lado, y que si se les llama vienen. Y es cieno. Nosotros los hemos llamado, y aquí están.
Rafael Román Guerrero
Presidente Diputación de Cádiz